Al estar en casa todo el tiempo, nos volvemos conscientes de la cantidad de basura que vamos generando día tras día, sobre todo si somos una familia numerosa.
De acuerdo con los hábitos de consumo actuales, los expertos calculan que aproximadamente entre el 60% y el 70% de los desechos del hogar provienen de los restos de alimentos. Además, solo el 55% de estos residuos tienen una disposición final adecuada en rellenos sanitarios, el resto se mantienen en botaderos a cielo abierto o terminan en ríos, quebradas y zonas costeras.
La experta de Nestlé aconseja dos cosas al respecto: primero, crear un menú semanal para planificar las compras y así no comprar más de lo necesario. Esto aplica sobre todo en el caso de las frutas y productos frescos, que, si no se utilizan en un tiempo determinado, se pueden dañar e incluso descomponer.
En segundo lugar, si la persona o familia cuenta con un jardín o área social en su edificio, puede utilizar ciertos residuos orgánicos para "compostar". La composta es un producto obtenido a partir de diferentes materiales de origen orgánico, tras ser sometidos a un proceso biológico controlado de oxidación denominado compostaje.
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El resultado posee un aspecto terroso, libre de olores y de patógenos, y puede ser fácilmente empleado como abono libre de fertilizantes químicos.
De acuerdo con la experta, entre los productos orgánicos que se pueden utilizar para la composta podemos mencionar: hojas frescas, restos de frutas y verduras, cáscaras de huevos, café y de frutos secos entre otros, todos ellos libres de grasas (animal y/o vegetal) y que no hayan sido cocinados.
Para que la composta sea útil, hay que informarse bien acerca del proceso y utilizar los productos adecuados, evitando todos aquellos que causen mal olor y atraigan moscas u otros insectos.
Estando en casa todo el día, es obvio que el consumo de electricidad aumenta. Para que la cuenta no se nos dispare, el ahorro de energía es indispensable, iniciando con un sencillo primer paso como es el de desenchufar los electrodomésticos mientras no los estamos utilizando.
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A pesar de que los electrodomésticos estén apagados o sin usar, los expertos recomiendan desconectarlos ya que muchos no se apagan totalmente y se mantienen en modo de espera.
De acuerdo con la Agencia Internacional de la Energía, mantener electrodomésticos en este modo puede consumir entre un 5% y 10% del total de la electricidad en el hogar. Lo único que debe quedar conectado en una casa es el refrigerador.
Otra recomendación para ahorrar electricidad es el uso de estabilizadores, pequeños aparatos que se conectan directamente al enchufe y que permiten nivelar la corriente y que no se produzcan picos de consumo.
Una de las medidas más urgentes es la del reciclaje, ya que permite convertir los residuos en insumos para la economía y reincorporarlos en la cadena de valor, reduciendo así la extracción de nuevas materias primas.
Se estima que en Centroamérica solo el 2,2% de los residuos se recicla dentro de esquemas formales, por eso la experta es enfática en que se pueden aprovechar estos días de mayor tiempo en casa para desarrollar nuevos hábitos en el hogar.